Desde que los hombres controlaron la Naturaleza con su inteligencia, empezaron a modificar el ambiente en que vivían. Construyeron presas, diques y regadíos que cambiaron el curso de ríos y mares; horadaron las montañas con túneles para que pasaran sus vehículos y trenes. Descendieron como hormigas al fondo de la tierra dispuestos a arrancarle carbón, azufre, hierro; mataron animales y despojaron a las plantas de sus frutos.
Este blog fue hecho para concienciar que la suerte que tenemos, de aún de conservar los lindos paisajes, esto ya no podría ser igual porque con el tiempo la naturaleza ya no será como lo es ahora
martes, 12 de junio de 2012
El hombre cambia el paisaje
Hace miles de años, junto al mar Mediterráneo, se extendía un país que ahora es un desierto espinoso y sin vida. Entonces, por el contrario, era un país famoso por sus bosques y sus campos fértiles. Grandes manchas de verdor se extendían allí donde los árboles y las plantas recogían y guardaban el agua de lluvia. Una bella ciudad, llamada << Ciudad de las Palmeras >>, se levantaba en su centro: Jérico, cercana a la actual Jerusalén.
Los hombres que vivían en aquellas zonas necesitaban madera para sus templos, sus palacios, sus casas, sus barcos. Cortaron los árboles una y otra vez, hasta que los bosques empezaron a clarear; pero los hombres pensaron que no importaba, porque ya volverían a crecer; y no se preocuparon de plantar árboles nuevos. Entonces llegaron los pastores con sus rebaños de cabras y ovejas. Las cabras se comieron los arbolillos jóvenes, los arbustos, las hierbas, las raíces y todos los vegetales que encontraron a su paso. Los arrancaron por completo: el bosque no pudo reproducirse y murió.
Los árboles del bosque sujetaban con sus raíces el suelo, pero ahora el suelo desnudo se encontraba expuesto directamente a los vientos que azotaron la tierra y revolvieron los pedregales. Las lluvias arrastraron la superficie fértil y los campesinos tuvieron que abandonar los campos. Sólo quedaron tras de ellos colinas peladas y dunas de seca arena. El país se había convertido en un desierto.
Desde que los hombres controlaron la Naturaleza con su inteligencia, empezaron a modificar el ambiente en que vivían. Construyeron presas, diques y regadíos que cambiaron el curso de ríos y mares; horadaron las montañas con túneles para que pasaran sus vehículos y trenes. Descendieron como hormigas al fondo de la tierra dispuestos a arrancarle carbón, azufre, hierro; mataron animales y despojaron a las plantas de sus frutos.
Desde que los hombres controlaron la Naturaleza con su inteligencia, empezaron a modificar el ambiente en que vivían. Construyeron presas, diques y regadíos que cambiaron el curso de ríos y mares; horadaron las montañas con túneles para que pasaran sus vehículos y trenes. Descendieron como hormigas al fondo de la tierra dispuestos a arrancarle carbón, azufre, hierro; mataron animales y despojaron a las plantas de sus frutos.
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